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Boku no Hero Academia Capítulos 14 ~ 15

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AlewaR:


14 - ¡Extraño! Aparece Gran Torino
15 - Midoriya y Shigaraki

¡Feliz día de Reyes!
Cuando ya pensabais que iban a ser unos cabrones y no os iban a traer nada, mirad qué sorpresa más buena os han dejado debajo del árbol. Dos capítulos más de Boku no Hero para vuesto bodie, con nueva historia, nuevo opening, nuevos personajes, nuevo todo.

Y, además, para aquellos que les gusto la historia de hace un par de publicaciones, hoy os traigo la segunda parte. Me ha quedado un pelín larga, así que os la dejo en un spoiler:

(click to show/hide)La puerta del despacho de Ini se alzaba ante mí. “¿Entro o no entro?”, pensé, mientras mis manos no dejaban de temblar por los nervios. Aunque había hablado muchas veces con aquel hombre, todavía me costaba iniciar una conversación seria con él. Aunque no era un hombre forzudo, y mucho menos imponente, tenía algo distinto a los demás. Quizás era eso lo que había hecho que se convirtiera en Gran Maestre del castillo. O tal vez solo fue la suerte.
Respiré profundamente y juntando todo el valor que pude, golpeé débilmente la puerta. Nadie respondió. Volví a golpear la puerta, esta vez un poco más fuerte y rápidamente, una voz salió del interior.
-   ¿Cuántas veces tengo que deciros que no me molestéis? – dijo, con un tono claramente molesto.
La puerta se abrió de golpe y de repente me encontré ante él. Sus ojos mostraban un claro rechazo hacia mi presencia, pero era necesario que le informara de aquello. Aquello podría cambiar todo.
-   A ver, ¿qué ostias quieres? – continuó, sin dejarme hablar.
Sin pensarlo mucho, extendí el sobre hacia él. Ini lo miró con cierta sorpresa y, tras ver el remitente, hizo una bola con el mismo y la arrojó a la papelera que tenía junto a la puerta.
-   ¡¿Pero qué haces?! – le dije, metiendo la mano dentro de la papelera.
Ini no me respondió. Simplemente se giró sobre sus pasos y se aproximó a su mesa de trabajo. Tras rodearla, separó su silla, se sentó en ella y, acercándose de nuevo a la mesa, comenzó a escribir en uno de los papeles que había sobre la misma.
“¿Y ahora qué?”, me dije, mientras comenzaba a observar aquella sala. El despacho del Gran Maestre era, quizás, lo único que conservaba aún algo de los restos del pasado. Además de la gran mesa central, de madera de roble, contaba con varios jarrones de alto valor situados sobre pequeños estantes, y un gran espejo justo al fondo de la sala. Una alfombra, en la que el polvo hacía que ya no se distinguiesen las figuras que representaba, sostenía todo aquel mobiliario y, a la derecha de la mesa, una pequeña ventana iluminaba el interior.
Centré mi vista en Ini, el cual parecía haberse olvidado de mi presencia. Con cierto temor, aunque no el suficiente para acobardarme, me acerqué a la mesa y, colocando ambas manos sobre la misma, empecé a hablar:
-   Ini, deberíamos tener en cuenta esta invitación.
Ini no se inmutó. Siguió trabajando como si no hubiera dicho nada.
-   Ellos se siguen acordando de nosotros, aunque las cosas están mal. Deberíamos acudir – dije, separándome de la mesa -. Además, es una buena forma de recuperar la gloria de antaño.
Ini se detuvo. Lenta pero inexorablemente, alzó la cabeza para mirarme directamente a los ojos.
-   Ale, si crees que esta situación se puede solucionar ganando un estúpido torneo, estás muy equivocado – dijo, sin apartar sus ojos de los míos -. Esto no tiene solución por mucho que tú trates de buscarla.
-   Pero si no hacemos nada, nunca se solucionará – repliqué -. No puedo quedarme de brazos cruzados viendo como esto se desmorona.
-   ¿Y pretendes mandar a los pocos hombres que tenemos a un torneo a que nos humillen del todo? – respondió -. ¿Esa es tu forma de arreglar las cosas?
-   ¿A que nos humillen? – dije, claramente cabreado -. ¿Acaso no confías en nuestra habilidad?
-   ¿Sabes a quién te quieres enfrentar? – preguntó -. Son castillos con miles de soldados, todos ellos entrenados durante meses. Han vivido cosas que aquí llevan sin ocurrir años. – Ini resopló -. No tenemos ninguna oportunidad. Deja de soñar, Ale, no somos ni una milésima parte de lo que éramos.
El silencio se hizo entre ambos. “Puede que tenga razón, pero me niego a aceptarlo”, pensé, mientras apretaba el puño con rabia. “No podemos desaprovechar esta oportunidad. Puede que sea la última que tengamos”, me dije, y entonces caí en la cuenta de algo.
-   Ini, tú viviste durante los años buenos de este castillo. Compartiste la gloria con grandes caballeros y disfrutaste de los triunfos y de las victorias. Nosotros no hemos tenido esta oportunidad. Y, aun así, seguimos aquí. Dispuestos a darlo todo por la causa. Estamos ansiosos por demostrar lo que valemos y que somos dignos sucesores de vosotros. Ini, esta puede ser nuestra última oportunidad para hacer eso. Para demostrar al mundo que el espíritu de este castillo nunca morirá. ¿No nos concederás ni siquiera eso?
El silencio se volvió a hacer en la sala. Había lanzado mi as en la manga y ahora esperaba que aquello diera sus frutos. En caso contrario, probablemente volvería a mis quehaceres diarios y finalmente acabaría abandonando el castillo, convirtiéndome en mercenario. No era la vida que quería, pero de algo había que vivir.
Ini carraspeó y, lentamente, extendió la mano hacia el arrugado sobre que yo todavía sujetaba. Tardé un poco en reaccionar, porque no creía lo que estaba pasando. “¿Lo…? ¿Lo he convencido?”, pensé, mientras se lo tendía. Él lo agarró con firmeza y extrajo de su interior el mensaje. Rápidamente releyó lo que ponía y, volviendo a coger su pluma, firmó en la parte de debajo de la carta. Volvió a guardarlo y, de igual forma que antes, extendió su mano hacia mí. Yo cogí el sobre, sorprendido, mientras mis ojos volvían a elevarse hasta encontrarse con los suyos.
-   Llévate a Luc, a Patxi y a Sinta – dijo, levantándose de su asiento y acercándose a la ventana, la cual daba directamente al patio de armas -. Mostrad al mundo nuestro orgullo y demostradme a mí que sois los dignos herederos de este castillo.
-   ¡Sí, señor! – grité, mientras me giraba en redondo e iniciaba la marcha hacia el exterior de la sala.
Salí de la habitación y comencé a cerrar la puerta de la misma.
-   Espero no tener que arrepentirme de esta decisión – susurró Ini como para sus adentros, aunque no lo suficientemente bajo como para que no lo oyera.
“No lo hará”, pensé, cerrando completamente la puerta y enfilando el pasillo, con una sonrisa en los labios y un claro objetivo en la mente.


Así que dos regalos al precio de uno. Los reyes se han portado, ¿eh?

Y bueno, ya me he explayado demasiado, que los exámenes no se van a aprobar solos.
Así que descargad, compartid y aprovechad a verlos pronto que ya se acaban las vacaciones  :pobrecito:.

Hasta la próxima  :bye:.

Descargas

Lina:
Gracias por el pack de Reyes  :animo2:

alexSabio:
Teniendo en cuenta que los reyes magos no me dejaron nada debajo de la cama... uno no puede quejarse cuando tiene Boku no Hero Academia para ver   :2happy:

EcoSeis:
Muchas gracias. :)

Sakura:
¡Muchas gracias por el pack de Boku no Hero Academia!  :2happy: Al final, vuestros eyes Magos sí que han dejado algo.

@AlewaR , me ha encantado tu historia. Tienes talento, sí. ¿Habrá continuación?

Adelante, backberdianos, como en la historia de AleWar, demostrad lo que valéis. Lo que fuisteis y lo que aún sois.  :animo2: :animo2: :animo2: :hero:

PS. Que haya suerte con los exámenes, @AlewaR  :animo:

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