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Día 1:
A quien pueda leer estas palabras:
Mi nombre es Ludwin Wolfven Golden.
Nací en Mariazell, Austria en 1817. La nuestra es una ciudad sufrida; llegué a este mundo poco después de que mi pueblo sufriera el azote de las hambres mas atroces. Pero nuestros campos sirvieron como conejillos de indias en el uso de la patata como paliativo, y sobrevivimos.
Cuando tuve diez años contemplé como toda mi ciudad era pasto de las llamas el día de los difuntos. Los hogares ardían, los tejados se derretían y caían sobre aquellos a los que había dado cobijo, la catedral era presa de unas llamas infernales que la consumían como si un burlón demonio hubiera querido hacer de la casa de dios su embajada en la tierra. Pero tras cinco años de duras reconstrucciones continuamos adelante, y sobrevivimos.
Nuestras gentes son fuertes, están acostumbradas a perderlo todo, a vivir en las peores condiciones, pero siempre afrontan su suerte y escupen en la cara de la muerte y la locura.
Pero nada ni nadie podría habernos preparado para Free!.
Desde pequeño me apasionaron las historias de exploradores. Crecí en el seno de una familia suiza que migró hacia el este en busca de oportunidades, así que puedo suponer que adentrarme en terrenos desconocidos me viene de sangre. Con sudor y sangre me habían logrado una educación superior al populacho, y aunque sus intenciones eran que me adiestrara en los campos de la salud y la medicina, las historias de las grandes campañas por el polo norte y las expediciones en la selva negra y en las desconocidas tierras de Indochina habían dejado una huella en mi que no podría ocultar dedicando mi vida a tratar tuberculosos.
Sólo con cerrar los ojos, las historias de John Franklin me cruzaban por la cabeza. El hombre y la cruel naturaleza, el frío mas inaguantable, el caos entre los que se habían llamado antaño camaradas. Pasar por la peor de las penurias sabiendo que se estaba haciendo historia y, aún así, sobrevivir. Ningún mote podría desvirtuarles, y "el comebotas" me parecía mejor medalla que cualquiera de los engalanados generales austríacos pudieran llevar sobre su pecho.
Convertí de esta pasión mi sueño, y con treinta y dos años me embarqué desde las cercanías de Liverpool hacia tierras desconocidas con un pequeño grupo de marineros cuya experiencia era sólo ligeramente superior a sus expectativas de pago.
El capitán, John Candridge, es un viejo lobo de mar. Un almirante de las fuerzas británicas que ha pasado demasiado tiempo sobre madera como para poder adaptarse a lo que la alta sociedad espera de sus modales en tierra.
Su tripulación está formada por grumetes tan jóvenes que, como diría mi padre, apenas han digerido el calostro. Sus ocasionales bromas entre ellos y su costumbre de llamar a Candridge "Barba-atrás" recuerdan la auténtica edad de estos chicos, que en su día a día están tan disciplinados y caminan las tablas con un aire tan sombrío que uno no puede evitarse preguntar por qué experiencias habrán pasado en su niñez.
Me gustaría explayarme sobre nuestro viaje antes de llegar a tierras del Free!, pero poco tendría que aportar a esta narración, ya que excluyendo la ocasional bronca de Candridge a sus grumetes más torpes, el viaje está resultando mucho mas fluido y relajado de lo que podría haber esperado, algo que, aunque no me incomoda, si le decepciona a un espíritu ansioso de emociones como el mío.
No fue hasta el amanecer del vigésimo-tercer día que nos dimos cuenta de que ya estábamos en la boca del lobo. La espesa bruma marina lo cubría todo, y apenas podía verse la popa desde la proa a pesar del humilde tamaño del navío.
"Estamos en tierras de Free!", dijo Josh Silverspoon, uno de los marines mas jóvenes, con un tono indeciso entre la emoción y la intranquilidad que coincidía con mi estado de ánimo.
Los susurros de los tripulantes se vieron silenciados por un ruido seco que se dejó sonar en uno de los lados de la cubierta. Aproximándose, Candridge encontró una piedra del tamaño de un coco, totalmente circular y sin ninguna grieta. Su apariencia era de piedra volcánica, pero su peso era considerablemente mayor, y había dejado una pequeña hendidura en las tablas donde había aterrizado. Más...¿Quién había llevado a cabo ese lanzamiento?
Aparentemente alguien, pues atada a la piedra con un fino cordel de seda había una pequeña nota escrita en inglés.
JUEGO DE BEBER DE FREE!
Echad un lingotazo cada vez que pase una de las siguientes o nunca saldréis con vida de la bruma:
- Sale un torso desnudo gratuito
- Alguien tiene un traje de baño en situaciones totalmente absurdas
- El prota sacuda la cabeza de forma sexy
...
- Los personajes actúan de forma gayer
No habíamos empezado y ya estábamos muertos.
El miedo por el coma etílico se extendía por la tripulación, pero...debíamos ser fuertes. Desmoronarnos no nos serviría de nada, así que hice traer a cubierta todo el ron y whisky del que habíamos hecho acopio para celebraciones y por si el frío nos atacaba, y nos sentamos esperando a que nuestro calvario durara lo menos posible.
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Protagonista sacudiendo el pelo antes de la opening. Estamos perdidos.
Tantos primeros planos de culos...tantos....
Personajes masculinos que no solo actúan de forma marcadamente femenina si no que además sus voces también tienen matices y los nombres son directamente de mujeres.
...¿Nagisa? ¿De verdad que se llama Nagisa? ¿Vais a destrozar mis recuerdos de Clannad?
Oh...Oh dios, es el típico chico inocente ahostiable. NO, NO SONRÍAS Y HAGAS PULGARES ARRIBA. NO. NO.
Al rival se le ve el colmillo cuando habla. Uuuuh...
¿Escena bajo los cerezos? ¿EH?
¿Pero el trofeo no lo habían enterrado? ¿O es otro?
Primer plano de strip-tease. Ya ni se esfuerzan.
¿QUE VAS A NADAR QUÉ? ¡Y TU DEJA DE PERSEGUIRLE! ¡DEJA DE SALPICARLE! ¡ESTÁ DESNUDO! ¿¡QUE OS PASA!?
Vaya, porque estamos en el siglo 19 y lo de la homosexualidad es un tema tabú, porque si no juraría que todo el cast es...
*Llega el ending*
...¿Eh?
....¿Eeeeeh?
.....¿Qué...?
....Oh dios, dónde me he metido
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La bruma se dispersa. Hoy hemos sobrevivido, pero hemos pedido a dos personas. Una se ha tirado por la cubierta, otra está en coma etílico. No sé cuanto podremos sobrevivir con las actuales reservas de alcohol si hemos de enfrentarnos al desafío en cada capítulo...pero...debemos sobrevivir...
¿Qué desafíos nos depara el futuro? ¿Cuantas escenas gayer? ¿Cuantas erecciones sorpresa de difícil explicación?
...Que dios nos coja confesados.
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